Nací en la ciudad de Buenos Aires en 1962, moviéndome siempre entre esta orilla y la uruguaya.

Desde chica el mundo imaginario fue mi casa. La lectura como primera pasión, que me llevó a descubrir mundos infinitos y a escribir poesía con letra infantil. El amor a la naturaleza en el río y el verde de Colonia, el entusiasmo por el cuerpo y el movimiento. La necesidad de expresión personal en la forma que fuera.

De la escritura a la danza, a la pintura, a la cerámica, siempre investigando, sintiéndome feliz en los ambientes artísticos de creación e intercambio, a la par que ejerciendo mi profesión de psicóloga.

Mis inspiraciones son heterogéneas: artistas como Matisse, Van Gogh, Georgia O'Keefe, Alma Thomas, Helen Torr, Rodin, Pina Bausch, Isadora Duncan. También la música, desde el tango hasta el rock nacional pasando por la música alternativa y el pop, influyen en el tono y ritmo de mis trabajos.

Me atraen el movimiento, los recorridos extraños, lo circular, los laberintos en flores, plantas, árboles y cuerpos que me sirven de inspiración y que son, seguramente, reflejos del inconsciente singular y colectivo.

Creo en el arte como una fuerza colectiva, social y espiritual que nos empodera a través de la autoexpresión y la conexión con una fuente superior. La colaboración con otros nutre mi creatividad tanto como la relación con la naturaleza.

Valoro mucho lo amateur, por el entusiasmo, la espontaneidad y la libertad que se vive en esos ámbitos donde nos juntamos gente heterogénea en torno a pasiones comunes.  

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​A través de los años estudié dibujo con Tomás Fracchia, pintura con Mariano Sapia y con Anna Rank, y cerámica con Alejandra Jones. Y participé en talleres de clínica de obra con Mariano Vilela.